26.6.07

Soluciones finales

El video

La semana pasada el parlamento iraní aprobó por abrumadora mayoría una disposición que considera “corruptores del mundo” a quienes participan en la elaboración de materiales pornográficos. No se trata de una simple condena moral, sino de una invitación al matadero, porque en esa categoría entran los más aborrecibles pecadores (en Irán pecado y delito son lo mismo), susceptibles de ser condenados a muerte. La decisión parlamentaria fue considerada reacción ante el escándalo que empezó el año pasado porque circuló un video en el que supuestamente aparece una actriz televisiva muy famosa, Zahra Amir Ebrahimi, en un encuentro sexual con un muchacho que podría ser su ex novio. Observen, si lo desean, esa grabación aburridísima para todo mundo a excepción de los protagonistas y los guardianes de la Ley Islámica: los primeros consiguieron unos minutos de placer y los segundos tuvieron en sus manos la raíz del Mal. Ahora Zahra está en graves dificultades legales y el muchacho se encuentra en la cárcel, después de una fuga a Armenia y de una extradición.

La actriz

Uno piensa que, salvo por la imperdonable tontería de quitarse el condón antes de tiempo, no tendría por que haber en ese fragmento de video un peligro de muerte para los actores, los cuales no le hacen daño a nadie al videograbarse, o dejarse videograbar, mientras copulan. En Occidente la práctica no sólo se ha vuelto un aliciente para el erotismo alicaído de muchas parejas (o tríos, o cuartetos, o regimientos) sino que se ha convertido en recurso mercadotécnico para remontar los baches en la popularidad de actrices y cantantes. No falla: es cosa de picar el botón de “record” en una cámara, dar consuelo a las glándulas, a cuadro, filtrar el resultado en Internet y luego poner el grito en el cielo porque alguien invadió su privacidad. Es posible que Zahra haya pretendido imitar a sus colegas gringas, o bien que haya buscado un cachondeo adicional, o bien que los orgasmos pixeleados no sean de ella. Es lo de menos. Lo grave es que 148 de 152 parlamentarios iraníes presentes en la votación estén tan convencidos de que el episodio debe pasar de la cama al patíbulo y que la pornografía es tan ofensiva a los ojos de Alá que debe ser sancionada con la muerte. Qué vulnerable y débil tiene que ser una idea de Dios que ha de ser cuidada con semejante celo por parte de sus devotos.

Lo peor de
todo es que fuera de Irán no estamos necesariamente mejor en materia de civilidad y tolerancia. El viernes, en algún lugar particularmente oscuro del cerebro de Enrique Peña Nieto, se gestó la idea de que, ante la insuficiencia del Ejército para combatir al narco, hay que tomar en cuenta “experiencias radicales y contundentes” de países en las que el consumo y la venta de estupefacientes se castigan con la pena de muerte. La idea se abrió camino hasta la boca del gobernador mexiquense y salió por ella en forma de una declaración que fue recogida por varios medios (por ejemplo, La Jornada y Milenio del 22/06/07), por más que alguien en el gobierno de Toluca, dotado de un mínimo de pudor, decidió escamotearla del boletín oficial en la página web del Edomex.

De oscuro y al centro: Medina Mora y Peña Nieto

Qué genialidad, y cómo no se nos había ocurrido antes: basta con matar a todos los consumidores de drogas para que desaparezca, como por arte de magia, el problemón del narcotráfico. Más difícil que combatir las adicciones o perseguir películas de sexo explícito es evitar la existencia de individuos con las circunvoluciones cerebrales peinadas a la Hitler, es decir, prestos a reducir cualquier ecuación conflictiva en una elegante solución final: ¿Nos molestan los judíos, los gitanos y los homosexuales? Pues hagámoslos pantallas para lámparas. ¿Nos amenazan los pornógrafos? Pues aprovechemos sus orgasmos para sembrar mandrágoras al pie de los cadalsos. ¿No sabemos qué hacer con los adictos? Pues importemos juristas de Malasia, de Arabia Saudita y de Singapur para que nos ayuden a codificar la pena de muerte por posesión de cocaína y mariguana. En el camino ya se nos irá ocurriendo qué otras subespecies indeseables exterminar (ojo: los pobres también son muy desagradables; ah, y no hay que olvidar a los indios...) , y al final tendremos una humanidad hermosa, depurada y, sobre todo, con ideas claras.


8 comentarios:

Roque Nuevo dijo...

Pues, sí. Tienes razón. El impulso de exterminar al otro--la raíz de todo mal.

La semana pasada su majestad, la reina Isabel II de Inglaterra, le dio el honor del título de caballero al escritor Salman Rushdie. No tardaron las quemas de banderas y de imágenes de él y de la reina a lo largo del mundo enardecido islámico. Se propusieron fondos para la muerte del escritor; pasaron resoluciones solemnes en parlamentos. Parece que un ministro del gobierno de Pakistán dijo que el título de caballero de Rushdie justificaría una bomba suicida--aunque luego se retractó.

Rushdie, todo mundo sabe, es un ex musulmán. Decidió con su libre voluntad abandonar la fe. Esto en sí causa la pena de muerte en el Islám. Pero además escribió un libro que, según los fanáticos musulmanes, hace burla de Mohamá.

Aceptó el honor Rushdie pocos días después de la destrucción de lo que quedaba de la mezquita de Samara. Te acuerdas que hace un año el domo de la mezquita fue volado por los "insurgentes sunitas" en Iraq. ¿Qué dicen los guardianes de la fe islámica de semejante barbaridad? Ya sabes: nada. Es que las vidas de los chiitas, cristianos, judíos, hindués, ateos no valen nada. Pero éstos son los racistas. Ve tú a saber.

grabiel dijo...

estimado pedro miguel:

¿consideras que deba correr desde ya?

de cualquier forma, al ritmo que voy, creo que me voy a morir prontopronto...

abraziux.

pk dijo...

el cierre es muy bueno, pedro:

En el camino ya se nos irá ocurriendo qué otras subespecies indeseables exterminar (...) , y al final tendremos una humanidad hermosa, depurada y, sobre todo, con ideas claras."

-

pues nada, acá, después de leerte hoy en la jornada.

saludos.

Pedro Miguel dijo...

Roque: Los cristianos fanáticos y los islámicos fanáticos, y los judíos fanáticos, y los maoístas fanáticos, y los neoliberales fanáticos, pertenecen todos a la misma especie: son exterminadores del otro.

Gabriel: Gracias por regalarme una carcajada. Qué bueno está tu blog. Ái te visito, y correspondidiux

Abrazo pa'ti, Pk.

Roque Nuevo dijo...

Pedro: totalmente de acuerdo. Gracias. Pienso que no se trata de la religión en sí, sino la religión monoteísta. Claro que monoteísmo significa "creer en un solo dios" pero significa más: no se puede creer en otros. Así reza el primer mandamiento. En el mundo antiguo occidental--aparte de los judíos--no existía esta mentalidad. Se podía creer en todas o en ninguna a la vez. Se podía creer en una cuando se viajaba a otra parte; otra para los fines de semana; otra para cuando se regresa a casa a ver a los padres; y no hubo problema. Y tampoco hubo guerras de religión. Viendolo así, el judaísmo sí es la raíz del mal religiosa: una secta del judaísmo creció, tomó el control del imperio y logró trasmetir su basura tóxica a todas las futuras generaciones. Misma tradición que fue plagiada por Mohamá y traducido a la cultura nómada árabe, con los resultados nefastos que todos conocemos hoy.

Pedro Miguel dijo...

Roque: Cientos de miles de años antes de la aparición de las religiones monoteístas, los neanderthales y los cromañones ya se partían mutuamente la madre con cualquier pretexto. La raíz del mal es una zona del cerebro que se llama Complejo R que determina nuestros impulsos a la agresividad, a la territorialidad, al comportamiento jerárquico y a tomar posesión de la Presidencia.

Roque Nuevo dijo...

De acuerdo, Pedro. Pero estábamos hablando de algo más y peor que la simple agresividad: el impulso de exterminar al otro. Y--me da pena--voy a tener que inistir que no se conocía esto antes del cristianismo (o en todo caso se conocía como casos aislados). Hay ejemplos de gran barbarismo a lo largo de la historia, pero no del exterminio tal cual, con el fin de tener "una humanidad hermosa, depurada y, sobre todo, con ideas claras".

Cuando se hizo oficial el cristinianismo en Roma (s. V, me parece) el emperador (Teodocio, me parece) se dio a la tarea de prohibir lo que hoy nos complace en llamar el paganismo. Para eso, tumbó, quemó y robó todo relacionado con las religiones tradicionales. Durante treinta años. Mil quinientos años después, el Talibán destruye monumentos budistas de incalulable valor para la humanidad. Eso es el monoteísmo.

El episodio de "los versos satánicos" (no la novela, sino el Korán) será ilustrativo: cuando Mohamá quería conquistar a un tribu de la Meca para el Islám, ellos querían negociar de manera que los islámicos probaran la religión de ellos un tiempo y ellos probarían también el Islám. Después, volverían a hablar y de compartir experiencias. Parece razonable ¿no? Parece razonable al mundo antes del monoteísmo, sí. Cuando llegara a su casa sus compañeros le hicieran ver que si hiciera eso, socavaría las bases del Islám por completo. Fue entonces que Mohamá tuvo una revelación de dios que su anterior acuerdo con los paganos fue producto de las maniobras de Satanás. Dios fue bondadoso con Mohamá. A todos los profetas les pasa algo así, le dijo. Y Mohamá procedió a exterminar al tribu pagano, como debe ser.

Pedro Miguel dijo...

"... las evidencias muestran que probablemente los Homo sapiens aplastaron o finalmente desplazaron a los neanderthales en la lucha por la vida. La extinción de los neanderthales se debió en parte al descenso climático, pero, sobre todo, a la competencia por el territorio, la leña y las poblaciones animales, en una época de frío extremo y de recursos escasos".

en:
http://www.jornada.unam.mx/
2005/09/01/a03n1cie.php