11.2.14

El enorme poder
de la palabra


Matar es caro y la mafia, que es una empresa en busca de rentabilidad, como cualquier otra, rara vez asesina sin motivo. La ejecución de un periodista casi siempre recae en alguna de las piezas de la red mafiosa: la central, la sucursal, la subcontratada, la aliada, la distribuidora, la representante, la que encubre, la que omite, la que distrae, la que tolera la impunidad.

Y cuando la mafia –cualquiera de sus tentáculos– hace su cálculo costo/beneficio y decide matar a un informador a pesar de la previsible indignación que causará el crimen, es porque el trabajo de la víctima causa un perjuicio severísimo a los intereses de los homicidas (aquí siempre hay que hablar en plural, pues no cabe la tesis del asesino solitario).

¿Por qué mata la mafia –alguna de sus partes– a un periodista? Porque teme al enorme poder de la palabra.

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