9.12.10

Qué más evidencias quieren...


“Qué más evidencias quieren”, se preguntó Felipe Calderón al comentar el dato de que Servando Gómez, La Tuta, presunto líder de “La Familia” de Michoacán, ocupa una plaza de maestro en el sistema educativo de ese estado. Dejó la frase sin terminar, pero el sentido inequívoco de la elipsis era: “Qué más evidencias quieren de la vinculación del gobierno de Leonel Godoy con la delincuencia organizada”.

En su lógica:

Qué más evidencias quieren que el empoderamiento experimentado por el narco de enero de 2007 a diciembre de 2010.

Qué más evidencias quieren que El Chapo, libre y a salvo de todo mal.

Qué más evidencias quieren que las decenas de delincuentes que han trabajado como altos mandos en la SSP de García Luna y en la Procu de Medina Mora y Chávez Chávez.

Qué más evidencias quieren que el lavado de dinero a todo vapor, con banqueros felices en medio de un país desangrado.


Qué más evidencias quieren que las fronteras sur y norte, por las que transitan cada año, sin obstáculo alguno, cientos de toneladas de cocaína.

Qué más evidencias quieren que las ciudades y las regiones en manos de la criminalidad.

Qué más evidencias quieren que el incremento de los secuestros en lo que va de esta administración.

Qué más evidencias quieren que el tejido social desintegrado, las instituciones podridas, las corporaciones policiales disueltas.

Qué más evidencias quieren que el colapso de la seguridad pública.

Qué más evidencias quieren que los narcotraficantes en las nóminas de Procampo y Aserca.

Qué más evidencias quieren para convencerse de que Felipe Calderón y sus colaboradores trabajan, sabiéndolo o no, para la delincuencia.

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