3.10.10

La pedofilia que
uno agradecía


jean bertola - la maitresse d'école por bisonravi1987

Un ensayo de traducción:

En el plantel en donde cursé la secundaria
la maestra aplicaba métodos de vanguardia.
Qué dulce, mas qué breve, resultó el tiempo aquel
cuando nuestra hada buena reinaba en el plantel.

Antes que ella llegara, éramos distraídos,
muy malos estudiantes, chambones y cretinos,
y de todas las prendas que te imagines tú,
las orejas de burro eran la más común.

Pero aquella maestra, con método avanzado,
ofreció darle un beso al más aventajado:
un beso, nada menos, al alumno de diez:
un beso libertino o de lengüita, pues.

Algo cambió de pronto; la escuela fue distinta:
a partir de ese día nadie se fue de pinta;
las orejas de burro, negocio floreciente,
en meses sucesivos no tuvieron ni un cliente.

En el último día de aquel ciclo escolar,
el director no pudo la sorpresa ocultar
y la buena maestra enrojeció a su vez
pues todos los alumnos se sacaron un diez.

A la hora del recreo, la maestra cumplió
la promesa que meses antes realizó:
tanto tardó en besar a cuarenta graduados
que ese día salimos bastante retrasados.

Al director idiota no le gustó el sistema,
la dulce profesora fue objeto de anatema.
No le sirvió de nada su expediente brillante
y le llegó un oficio de cese fulminante.

La flojera hizo entonces su reaparición
y hasta el mejor alumno volvió a ser un chambón;
en el curso siguiente, nada que festejar,
pues todos nos hallábamos en último lugar.

En el plantel en donde cursé la secundaria
la maestra aplicaba métodos de vanguardia.
Qué dulce, mas qué breve, resultó el tiempo aquel
cuando nuestra hada buena reinaba en el plantel.

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