12.9.04

Los niños héroes de Bush

  • Masacre de jóvenes estadunidenses
  • Barbara y Jenna odian el tabule
  • La Al Jazeera del Cáucaso

NO ME SIENTO bien con mi conciencia dedicando esta navegación a los cementerios militares del país agresor, mientras la identidad de las bajas iraquíes se diluye en la sedimentación cotidiana de los partes de guerra y los despachos de prensa: 43 muertos en Fallujah, siete iraquíes abatidos en Najaf, mueren 19 insurgentes en Bagdad, mata la coalición a tres terroristas en Ramadi... Pero, a diferencia de lo que ocurre con las bajas estadunidenses, los iraquíes no tienen un Estado constituido que los defienda, que honre a sus combatientes muertos y que vele su memoria. No disponen de sistemas de información que les permitan llevar un recuento sistemático de los costos humanos de la invasión y la ocupación de Irak. Además, quienes toman las armas contra la ocupación de Irak han sido de antemano satanizados por los aparatos mediáticos occidentales como criminales, terroristas, fundamentalistas y, el colmo del cinismo, hasta como “extranjeros”; claro, los sargentos de Oklahoma comen a diario shanklish y pasta de berenjena y se llaman Abdul. Así que, en tanto no se consume, concrete y acepte la derrota estadunidense en Irak --algo que, estoy convencido, ocurrirá-- no será posible disponer de información mínimamente sistematizada sobre las bajas de los combatientes iraquíes. Espero que podamos comentarlo mucho antes de lo que piensa Bush.

Las Bush

LO MÁS QUE se ha hecho hasta ahora con los muertos iraquíes son recuentos de bajas civiles, le más consistente de los cuales es el proyecto Iraq Body Count (IBC), mantenido por un grupo de académicos estadunidenses y británicos, según el cual hubo 7 mil 350 muertes de civiles (muertes “colaterales”, las llama el gobierno de Washington, como si la liquidación de parte de la población no combatiente no fuera parte de los propósitos tácticos de esta guerra en curso) desde el inicio de la agresión hasta el primero de mayo de 2003, cuando Bush dio por terminada la fase de las “operaciones militares mayores”. De entonces a la fecha, IBC suma otras 6 mil 452 bajas de no combatientes, lo que hace un total de 13 mil 802. A fines de julio pasado, Al Jazeera mencionó un recuento local, realizado por un grupo independiente de académicos y activistas iraquíes, que estima en un mínimo de 37 mil los decesos de civiles causados por la invasión y la ocupación del país. Tanto si son 13 mil como si son 37 mil, clasificar esa dosis de muerte como “bajas colaterales” equivale a asesinar a alguien de 60 puñaladas y después alegar que se actuó en defensa propia.

http://www.iraqbodycount.net/

http://www.guardian.co.uk/Iraq/Story/0,2763,976392,00.html

http://www.aljazeera.com/


Esta semana las bajas fatales de Estados Unidos en Irak alcanzaron, y sobrepasaron, el número mil, marcador que no cambia nada desde el punto de vista puramente militar, pero que ha tenido una esperada repercusión mediática, discursiva y política en el país de origen de los agresores. Bush dijo que lo lamentaba mucho, pero que era necesario hacer “todo lo posible” para proteger el territorio nacional. Cabe suponer que cuando dijo “todo lo posible” no le pasó por la cabeza enviar a Irak a sus hijas veinteañeras, las mellizas Barbara y Jenna, a defender el suelo patrio de las amenazas de las armas de destrucción masiva, combatir el terrorismo y llevar aires de democracia a los pueblos árabes. O será que las chicas Bush odian el tabule. A fin de cuentas, entre los soldados ocupantes caídos hay al menos una decena de jovencitas de esa edad, y muchos de los mil no llegaron a la segunda década de vida: se han quedado en las fotos que por estos días los periódicos estadunidenses publican en forma profusa, demagógica y patriotera, como eternos teenagers. Son los niños héroes de Bush, aunque están del lado opuesto al de los cadetes mexicanos que defendieron el castillo de Chapultepec a mediados del siglo antepasado: los muchachos estadunidenses caídos en Irak son los ocupantes; los extranjeros, los invasores.

Ahora que Vladimir Putin ha puesto de moda la expresión asesinos de niños (aplicable, desde luego, a los autores materiales e intelectuales de la barbaridad de Beslán, al propio Putin, por sus acciones genocidas en Grozny, y a otros), habría que pensar en el presidente estadunidense como asesino de jóvenes. Hice una ínfima selección de los rostros de difuntos puestos a pulular en las páginas de The New York Times y los sitios web de The Washington Post, CNN y demás. Esos chavos y chavas, todavía olorosos a preparatoria, fueron enviados a la muerte por ancianos como Dick Cheney y Donald Rumsfeld, y por el cincuentón Bush (Le temps ne fait rien à l'affaire / Quand on est con, on est con), cuyos antecedentes en el servicio militar están siendo sometidos, por estos días, a una exhaustiva revisión. Como se recordará, a fines de los años 60 y primeros 70 el actual presidente logró, gracias a las influencias paternas, evitar que lo mandaran a Vietnam, y realizó su servicio militar en bases aéreas de la Guardia Nacional, en donde enfrentó heroicamente los peligros de resbalarse en la ducha. Por esos tiempos, su actual contrincante, el demócrata John Kerry, se cubría el pecho de medallas matando vietnamitas. Más de 20 por ciento de los muertos en Irak tenía 20 años o menos; la mitad era menor de 25, y cerca de 75 por ciento no había llegado a los 30 años.

http://www.nytimes.com/2004/09/09/national/09deaths.html

http://www.washingtonpost.com/wp-srv/world/iraq/casualties/facesofthefallen.htm

http://www.cnn.com/SPECIALS/2003/iraq/forces/casualties/index.html

http://icasualties.org

http://www.antiwar.com/casualties/

http://www.brassensenespanol.net/le_temps_ne_fait_rien_a_laffaire.html

http://www.cbsnews.com/stories/2004/09/06/politics/main641481.shtml

http://www.cbsnews.com/

ES PROBABLE QUE algunos de esos jóvenes hubiesen colgado, en sus dormitorios, modelos a escala de los portentosos aviones estadunidenses B-2, capaces de soltar de golpe 22 toneladas de muerte sobre el enemigo sin ser detectados por sus radares, o pegado fotos de alguno de los satélites que espían las 24 horas el territorio iraquí y escudriñan el menor parpadeo de los terroristas. Pero el cabo de marines Miguel Martínez, de 21 años de edad, y quien resultó herido a principios de este año, dijo a la NBC: “No tenemos idea de quién es nuestro enemigo; la única forma de saber que debemos dispararle es cuando nos apunta con un AK-47”.

http://www.msnbc.msn.com/id/4701323/

EN EL RECUENTO de bajas estadunidenses realizado por Lunaville se ofrece un detallado catálogo de causas hostiles y no hostiles de las muertes de efectivos estadunidenses en Irak: desde pancreatitis aguda, homicidio (por un compañero de armas, ha de entenderse) y ahogamiento, hasta accidente de helicóptero y fuego de mortero. Al principio de la guerra la mayor parte de los ocupantes muertos encontraron su fin en accidentes vehiculares, descargas accidentales de armas propias y fuego amigo, lo que habla muy mal del nivel de entrenamiento de los invasores pero también de la voluntad y capacidad de defensa del ejército de Saddam Hussein. A medida que la guerra continúa, sin embargo, disminuye el porcentaje de muertes accidentales entre las fuerzas estadunidenses y aumenta el correspondiente a muertes en combate, lo que podría indicar, por un lado, una mejor capacidad de los ocupantes para manejar sus propios fusiles sin disparárselos en el pie, pero también una mayor combatividad de las organizaciones de la resistencia nacional iraquí.


DESDE HACE DOS navegaciones quería mencionar la existencia de un sitio web que ofrece información del Cáucaso desde una perspectiva no rusa y no occidental, sino desde el punto de vista de los habitantes de esa región. Kavkazcenter es dirigida por el filólogo checheno Visami Tutúyev y es conocida como la “Al Jazeera del Cáucaso”, entre otras razones, porque los mensajes de reivindicación de atentados relacionados con las repúblicas caucásicas llegan a esa página trilingüe (ruso, inglés y turco) antes que a otra parte. Kavkazcenter ha publicado análisis en los que se asegura que los terroristas que la semana pasada tomaron la escuela de Beslán --con el resultado espantoso que todos conocemos-- no eran combatientes chechenos y que la tragedia se debe a “la política aventurera y violenta de Rusia en el Cáucaso”. Se los paso.


http://www.kavkazcenter.com

http://www.communityzero.com/nave

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